domingo, septiembre 28, 2008

Voces



Lo bueno de hablar es oír fuera de tu cabeza los pensamientos. Y es curioso sentir como cambia la melodía, los sonidos internos se escuchan oscuros, con la falta de luz que da volumen a las cosas, y está bien sacar a las palabras a pasear para ver si contienen brillo.

Hoy ha sido una tarde de esas sin música de fondo ni distracciones de las que tanto nos gusta adornarnos para no percibir la sencillez de nuestros pensamientos. Solo dos personas juntas (que no enfrentadas) en un intercambio de cosas que decir.

Y después están las sensaciones que hemos guardado para saborearlas despacio, ya con uno mismo en reflexión, con la luz recogida del exterior y guardada en el único sitio donde se puede almacenar.

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