domingo, junio 08, 2008

Una escapadita



Es la foto de la 1ª, en el pub Oshea de Dublín, todo madera y música de la tierra con actuaciones en directo. Comienza el espectáculo.

La excusa?, un concierto de “Aradiohead” (que decían los colegas) en el Castillo de Malahide, pueblecito pesquero de esos que no saben preparar el bacalao. Tres días de huída disfrutando de estas tierras y sus pintas en buena compañía tras el frenazo del avión que nos empotró en el asiento delantero.

Maldormitamos en el hostel Abraham con kafkianas conversaciones con “El Paqui y La China”, los recepcionistas del tugurio de 9 literas con vistas a Lower Gardiner Street con todo su tráfico nocturno, pero eso sí, a 10 minutos del Temple Bar, como dice su propaganda. Impecable comportamiento de veinteañeros mochileros el nuestro.
Como yo no hablo una mierda de inglés, y tras varias excursiones a la barra pidiendo “media half pinta” tuvimos que pasar a “one pinta” pa no liarla, y es que no se enteran estos irlandeses. Menos mal que casi en cualquier sitio había españoles trabajando, por aquello de aprender el idioma.




El día del concierto hizo todo tipo de tiempo: sol, lluvia, frio…, pero no importó, el paraje era incomparable, todo campos verdes de césped y árboles con una organización exquisita.

Comienza el concierto tras la actuación de una pseudoBjörk a la que nadie hacía puto caso, y, momento mágico, con los primeros acordes y una lluvia fina, salieron dos arcos iris como si formaran parte del espectáculo; y es que su nuevo disco se titula “In Rainbows”, aplausos, gritos coreados y cientos de fotos acompañan al primer tema.

El concierto transcurre entre intimista y algún momento de marcha que Tom York no está dispuesto a explotar. No hubo concesiones, todo en su línea con un holgado “bis” para el disfrute del numerosísimo personal. Así que hubo que hacer ruta entre el enorme bar habilitado por Heinneken, las cabinas de servicios (impecables!!) y el escenario, aunque el espectáculo, en muchos momentos, era más digno de ver por los alrededores del campo, las miles de personas congregadas a su bola, bailando, gritando y, sobretodo, trajinándose las enormes pintas de cerveza.
El resto lo típico, foto en el Joyce, en el monumento a la luz, en O'Connell Street y algún pub con su viejo y su gorra. Nos faltó la de Molly Malone que no se dejó ver (estaría de servicio).



En resumen, un viajecito de esos pa contar a los nietos, que si se lo cuento a mis hijos me da que me van a mirar con cierta-mucha envidia.

7 Comments:

Blogger ybris said...

Escucho tu Radiohead en silencio total y, aunque uno es más de Bach, me añado a tu afición como un punto más por el que envidiarte.
Sobre todo por haberte llevado a Dublín con el que tengo una cuenta pendiente desde 1959 que aún no he podido saldar.
Cuando ya se ha acabado la música te dejo aquí mi buen sabor de boca, mi agradecimiento y mi abrazo.

5:04 a. m.  
Blogger * Sine Die * said...

Aisss yo tambi�n siento envidia Ferfo, sana...pero envidia... ;))

Besitos!!!

11:51 a. m.  
Blogger * Sine Die * said...

Aisss yo tambi�n siento envidia Ferfo, sana...pero envidia... ;))

Besitos!!!

11:51 a. m.  
Blogger Sasian said...

Ummm!...Buena música, pintas, conversaciones kafkianas,con arco iris incluido, y estampas típicas...buena elección para alejarse de paranoias... y paranoicos...
Que empiece el espectáculo!.

Un abrazo

1:08 a. m.  
Blogger Chalá perdía said...

Ya ves, a veces las cosas buenas sólo necesitan un buen empujoncito.

M´alegro mucho por ti.

Besos

10:06 a. m.  
Blogger UMA said...

Què bueno, y buena cerveza, amigos, mùsica, què màs pedirle a la vida en esos dìas, Ferfito!!
Un beso enorme.
Buen finde.

12:57 p. m.  
Blogger Blog de alma said...

Qué bueno acompañarte un ratito...

12:41 a. m.  

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