Un sábado

Me “siento” bajo una farola casera, oyendo el último de Erykah Badu, humo y cerveza para acompañar la velada. Afuera, la noche está tranquila en mi barrio. Y yo también, adentro.

Pienso en blog, qué he hecho hoy que pueda interesar a alguien?. Tal vez poco, un curso de EFT (emotinal freedom tecniques), 14 personas reunidas un puñado de horas para trabajar un método de terapia rápido, como exigen los tiempos que corren. 14 puntos basados en la acupuntura y otros métodos que estimulados proporcionan satisfacción de una sintomatología física o emocional, donde la importancia recae en la actitud y la expresión con lo que estamos sintiendo en el instante.

Trabajamos de forma individual o en parejas, cada cual con sus asuntos que acaban siendo los de todos, porque independientemente de la forma en que los vivimos, todos sufrimos de lo mismo.

Contacto humano, comprensión, sentirnos acompañados y escuchados, válidos para los demás. Un toquecito…, dice su frase, miro su cara en busca de fenomenología: lo está sintiendo. Otro toquecito, la aceptación de su problema corre como luz por todo su cuerpo. Acepta, se relaja. Nadie queremos sufrir más allá de lo necesario, o darnos cuenta de que sufrir no es necesario; saber que los problemas son implícitos a la vida y afrontarlos es natural e implica crecimiento, engancharnos a ellos es patológico. Si siempre hacemos lo mismo, por temor al cambio, por miedo al riesgo, nos estancamos en una neurosis con el piloto automático puesto. Si algo de nosotros nos molesta pero seguimos haciendo lo mismo, ¿qué podemos esperar?

Cae la tarde, el día es largo y salimos con un sol poniente lento. En el último trabajo visualizábamos que la gente, en la calle, andaba con libertad y dignidad, grandes palabras que habrá que darles significado. Besos e intercambios de correos electrónicos, buenos deseos para todos: qué te vaya muy bien y a ver si coincidimos en otra ocasión. Me llevo 13 preciosas caras nuevas con sus 13 vidas viejas. Y la mía propia, tantos años en compañía y con tantísimas cosas por conocer.

Tras escribir, continúo pensando si a alguien puede interesarle esto, pero no encuentro nada más para compartir. Y pienso también en vosotros, lectores incondicionales, en vuestras expectativas al entrar en este “portal” de acogida, en vuestra personalidad fantaseada tras largos ratos disfrutando con vuestros escritos: le llegará a poeta Ybris?, Vi dirá “ya está este otra vez”?, se sentirá “libre libertad”,, sonreirá Alfatercio?, rojilla Sasian se manifestará?, qué verá la mirada de Sine Die?, levantará la vista al mar la preciosa Uma?, mística Alma lo leerá?..., y tantos de vosotros con los que me he sentido acompañado a lo largo de más de dos años.

Sigue sonando Erykah en el portátil, una canción de madrugada y necesidad de amor, ¿qué timbre despertara algo mío?.