sábado, marzo 01, 2008

Senciridad




Guardo imágenes de amaneceres, cuando más joven, tras una noche de estrellas, amigos y alcohol (con un poquito de rock and roll) en que afloraba la sinceridad, con temblor de cuerpo al sentirme expuesto y algún que otro lagrimón nacido del charco interno.

Hoy he salido con la bici para saludar a la precoz primavera, que más bien me saludaba ella con amapolas, tréboles y borrajas en campos y cunetas. Durante el trayecto, no he dejado de pensar en un amigo, con su noche de amigos y amanecer, menos joven, apoyados en un poste de patio tal vez para intentar sujetar a los dos corazones rotos sangrando con palabras de amistad y lagrimones de los que no hacen ruido cuando se deslizan ojo abajo.

Pensaba en la importancia de decir, con palabras, lo que sientes antes que la razón ponga nombres, en cómo las recibimos y en el cambio que se produce en nosotros, pues dejamos de ser quien éramos unos instantes antes.

No sé que es esta vaina de vivir, y no renuncio a averiguarlo, pero algunos de estos amaneceres guardados en mi memoria son la fuerza que encuentro para dar otro golpe de pedal.

10 Comments:

Blogger ybris said...

Ahora mismo estoy esperando el amanecer sobre la línea apenas recortada de las montañas lejanas.
Todavía es de noche, pero la noche que precede al alba inminente tiene algo de esperanza y de sorpresa.
He procurado siempre ver amanecer donde me ha sido posible, a veces levantándome a las tres para recorrer a oscuras ocho kilómetros y subir al Mirador de Cabeza Lijar a las cinco y media o hacer un recorrido en tranvía para estar a las cinco en el puente de Carlos en Praga o ver la amanecida caminando desde cualquier lugar del Camino de Santiago.
Así que te entiendo cuando hablas de amanecer.
También te entiendo cuando hablas de amigos y de la necesidad de hablar de lo que se siente antes de lo que se razona.
Ojalá te sea tan propicia el alba como a mí.
Suerte y un abrazo.

6:29 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Cuidado con la del alba que es la hora bruja, la más complicada para repensar la vida (con permiso de las brumas del alcohol, que sean benévolas, no demasiado densas, y que dejen pasar algún rayo de clarividencia). Es esa, la del alba, la hora de la muerte.
(Caricia y besos de auras y brisas
como sonrisas de amanecer)

7:48 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

"Esta vaina de vivir" no tiene mucha averiguación...; vive. Con la intensidad del alba, dejando paso a la luz que disipa las brumas, y con la del ocaso, que trae la noche reparadora.
Devuelve pasión a las sonrisas de amanecer y a las de la luna...y a esa primavera precoz que te saluda.

(Niseteocurramorirteaningunahora, a menos que sea simbólicamente)

7:28 a. m.  
Blogger almena said...

El alba y lágrimas compartidas con un amigo...
y todo se vuelve más sencillo.

Un beso

11:46 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

En ello estamos, válganos las copas, los griales y la alquimia de la noche.
(Primero aurora, después lumbrera, lo demás es malsonante que te cagas)

7:38 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Amaneceres de cuerpos livianos, pensamientos etéreos, andares ingrávidos y sonidos sordos...leves re-nacimientos de luz.

10:02 a. m.  
Blogger Chalá perdía said...

Uysss...que no quiero ser anónima...la de antes.

10:03 a. m.  
Blogger UMA said...

A veces le llamo "sincericidio":)
Es que uno no escapa a lo que es inefable y falible el ser humano.
Un beso Ferfito

11:18 a. m.  
Blogger libertad said...

Decir con palabras lo que sientes, antes de que la razón ponga nombres...es verdad, porque la razon luego pone nombres que nos aprisionan a veces, que nos angustian, que nos constriñen. Esa pureza debía salir siempre...Gracias por compartir estos pensamientos a golpe de pedal. Gracias.
Un beso fuerte

12:36 p. m.  
Blogger Sasian said...

Poner en palabras lo que se siente es imposible. siempre hay una falta. Y esa fata es la que queremos llenar. ¿de qué?. De lo que sea. Llenalos con amaneceres o con lo que quieras, pero llenalos y goza esta vaina de vivir.

3:29 a. m.  

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