miércoles, enero 24, 2007

Lluís Ll.

Tarde de invierno en la ciudad. Circulamos en el coche a horas de atasco. Silencio, calefacción y musiquita. A mi lado sube una voz sin límites, limpia y clara. Metódica y libre. Me voy con ella a otros inviernos, a aquellos en que nosotros llevábamos macuto verde al hombro, ellas, boinas de lana caladas, y todos, bufandas largas al cuello. Las reuniones eran en los bares frente a un carajillo espumoso, las conversaciones de tinte político. Eran los años previos a la transición por donde caminábamos con cosas importantes en mente: revolución, cambio, libertad de expresión. Todo con mucha complicidad, risas y amorcito de ese que sale cuando te sientes bien con los compañeros. Me veo sentado con mi abrigo de lana mirando todo con ojos brillantes, el futuro tenía perspectiva y el presente se vivía con pasión.
A mi lado, la voz se ha ido jugando con lágrimas, a esos sitios donde uno no se atreve a llamar. Yo, con la timidez de una voz que le da miedo salir por si no quiere volver, entono bajito, cruzando los pocos espacios que han quedado libres en mi garganta.
Ahora solo echo de menos un beso largo, por lo que fuimos, por lo que somos.





9 Comments:

Blogger Chalá perdía said...

No sé si llegué tarde, pronto o en el momento justo (mayo del sesenta y ocho)...he escuchado mil historias: asesinados, torturados (con la edad que tú tienes + ó -), perseguidos...realtos en primera persona de los que poco saben muchos.
Quiero saber, que me cuenten, qué fue y cómo pasó, quienes eran aquellos que cantaban estas canciones en los coches mientras fumaban porros y besaban a chicas a las que le sentaba bien la boina calada al estilo del Che...mójate anda...

12:12 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Bello y sentido relato. Evocador...
Es lo que tienen los atascos, que uno se quiere escapar y a veces se va muy muy lejos, a donde ya no se puede volver. O tal vez sí... Bendita memoria.
Un beso.

1:22 a. m.  
Blogger ybris said...

¡Pues vaya. Golpes de vejez casi me traen tus palabras.
Llach y también Raimon con aquel:

"Al vent,
la cara al vent,
el cor al vent,
les mans al vent,
els ulls al vent,
al vent del món."

coreado por todos mientras los "grises" aprestaban porras, mangueras y caballos para la carga.

Y luego a escaparse por las ventanas de la facultad con mayor o menor fortuna para acabar lamiéndose las heridas y la rabia antes de que en casa nos dijeran que la culpa era nuestra por revolucionarios.
Y luego a aguantar las llamadas anónimas de los pistoleros de la Brigada Social, a buscar a mis hermanos por las cárceles de la Dirección General de Seguridad...

¡Y pensar que algunos todavía creen que con Franco vivíamos mejor!

Un fuerte abrazo, compañero.

7:53 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Y ¿qué le pasa hoy a tu futuro y a tu presente?. ¿Has perdido perspectiva?. ¿Has perdido pasión?. ¿Has perdido las dos?. ¿O las guardaste y no recuerdas dónde?

10:35 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

quien conozca a ferfito sabe que se presenta valiente ante su futuro, analiza todas las perspectivas antes de encontrar la suya, es pasionado; y todo ello lo muestra, pero sólo con quien tiene la paciencia suficiente para verlo.

3:42 p. m.  
Blogger Blog de alma said...

También el presente se puede vivir apasionadamente.

11:14 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo me acordé de un poema tan triste como tus palabras...aquí va..

"A la vuelta de la esquina un ángel invisible espera;
una vaga niebla, un espectro desvaído te dirá algunas palabras del
pasado.
Como agua de acequia, el tiempo cava en tí su manso trabajo de días y
semanas de años sin nombre ni recuerdo.
A la vuelta de la esquina te seguirá esperando vanamente ése que no
fuiste, ése que murió de tanto ser tú mismo lo que eres.
Ni la mas leve sospecha, ni la mas leve sombra te indica lo que pudiera
haber sido ese encuentro.
Y, sin embargo, allí estaba la clave de tu breve dicha sobre la tierra."
(Canción del Este,Alvaro Mutis, Los trabajos perdidos)

9:34 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me devolviste por un momento al pasado.
Un saludo

10:07 p. m.  
Blogger Don Quijote y Sancho said...

También nosotros vivimos esa época que nos empujó a ser lo que en estos momentos somos y sentimos. Además en Santiago de Compostela, por eso siempre me persigue una tuna. Siempre me la imagino roja como aquellos, nuestros "ideales" de la época.

Un abrazo

1:23 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home

Pincha k te subo