Eternamente agradecido, Espe
Una llamada de teléfono cambia la tarde, y con ella muchas cosas: -te dejo las entradas en taquilla, es la Misa de Coronación, de Mozart. Coche, visita al hospital, al hacedor de aluminio, al instituto de psicología y a taquilla, donde las entradas.
Madera y gente, metales, cuerdas, personas que las manejan, con primor, con cariño. Voces que suben donde acaban los altos techos para bajar a acariciar los oídos, traductores de sonido en emociones. En un momento, la contralto, vestida de colores, deja salir su aire con palabras latinas largas; como en un bosque, contestan voces tenores, barítonos, sin nombre, como animales desconocidos urgidos por una llamada. La emoción sube a los ojos de donde no puede huir, solo le queda expandirse por el cuerpo a través de la piel. Es mucho más que música, es lo que echaré de menos cuando me vaya.
Madera y gente, metales, cuerdas, personas que las manejan, con primor, con cariño. Voces que suben donde acaban los altos techos para bajar a acariciar los oídos, traductores de sonido en emociones. En un momento, la contralto, vestida de colores, deja salir su aire con palabras latinas largas; como en un bosque, contestan voces tenores, barítonos, sin nombre, como animales desconocidos urgidos por una llamada. La emoción sube a los ojos de donde no puede huir, solo le queda expandirse por el cuerpo a través de la piel. Es mucho más que música, es lo que echaré de menos cuando me vaya.
3 Comments:
Bonitas palabras niño; trasnsmites..
Un beso
Si. Bonitas palabras.
Buenos días ferfito.
Ese poder es el que tiene la música, producir un estallido de emociones en el corazón que se expande poniéndote la piel de gallina y lágrimas en los ojos. Mucho más en directo, aquí es donde lo bueno se hace sublime.
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