jueves, abril 27, 2006

El Embarque


Mi fantasía catastrófica era encontrar gente superpija, estirada y alta. Eso me atormentaba pensando que no iba a abrir la boca en todo el trayecto y más cuando llegásemos a aquello de "y tú a qué te dedicas?". Pues bien, se cumplieron todas, aunque con muy dignas escepciones.
Tras el paréntesis del bar cutre (que ya contaré), llego pelao de tiempo al embarcadero, ya había un grupo de personas esperando, mucho güiry, que era la otra fantasía. Subimos las escaleras al barco como en procesión de Semana Santa, yo no logro evitar un temblor por todo el cuerpo que me obliga a respirar profundo y lanzar una sonrisa interna diciéndome "pero chicoooo". Con todas, subo en mi estricto turno donde nos esperaba toada la tripulación haciendo un pasillo como en el juego ese que te dan de hostias sin compasión, pero esta vez todo eran sonrisas y palabras en inglés, claro. Y una vez más tengo que decir "en español" o "no hablo inglés", que son una de las constantes del viaje.
Una rubia azafata se ocupa de mi, mascullando algo ininteligible en tono de sorpresa que me da muy mala espina. Me hace sentir como si hubiera ganado un concurso de detergente donde el premio fuera el crucero, y es que la pinta no es para menos, sin mencionar lo de los ojos rojos por el trajín cervecero anterior.
El camarote una pasada, eso que no te lo puedes creer. Actúa como bálsamo curador de todos los males. Dos camas para mi, siempre con la ilusión de invitar a alguien a la de al lado, o a la propia, ya que estamos. Baño privado con mogollón de toallas, jaboncitos, champú....en fin, todas esas cosas que te hacen sentir como un chiquillo.
Sin tiempo a respirar, los altavoces lanzan una convocatoria al coctel de bienvenida. Bueno, ha llegado el momento de enfrentarse a la muchedumbre. Todos puestos, camareros disciplientes y yo, probando mesas desocupadas donde no llamar la atención. Tras probar 3 ó 4 infructuosamente, me decido por una a la entrada con solo dos butacas. Ya está!, es la ideal, me aposento, pido champán, porque aquí es champán, y me dispongo a saborearlo todo espatarrao y anchote, intentando ocupar todo el sillón sin conseguirlo. En estas, se acerca un marinero que deja un atril a mi lado. Comienzan los sofocos.
Sacándose unos papeles Dios sabe de dónde, nos da la gracias y tal y tal por viajar con ellos, y que va a entrar el Capitán y toda la tripulación para ser presentarla a los pasajeros. Sofocos en tonos rojos fuerte. Me voy haciendo pequeño en el gran sillón que cada vez es más grande.
Entra el Capitán, que al verme, comienza a mover el atril intentando situarlo de forma que pueda verme con más perspectiva. A lo anterior, se junta un sudor de esos que te cojen sin pañuelo y, muy disimuladamente, comienzas a pasar un dedo por el bigote primero, para seguir con los huesos del carpio uno por uno, y acabas con todo el antebrazo, la manga del jersey y la palma de la mano entera.Se dirije a mi con sonrisa de compromiso diciéndome que perdone, que no quiere darme la esplada. Yo, que en estos momentos se me ha olvidao mi idioma, atino a soltar una sonrisa con dientes rodeada de ese rojo burdeos no se si del rubor, del sudor o de los restregones de la manga. Atino a hacer un gesto con la mano, ya que las palabras no salen, a lo verónica, en una buena tarde de faena.
Pero no acaba ahí la cosa noooo.
De repente, entra el resto de la tripulación rodeándome por todas partes y, el Gran Capitán, que verdaderamente es muy grande, les va presentando uno a uno mientras el público aplaude con la tontería de sentirse privilegiao de la vida.
Ya no hay adjetivos que describan mi pequeñez, así que decido adoptar el personaje de Woody Allen en la película Zelling cuando se hace fotos al lado de los grandes mandatarios del mundo. Creo que la sonrisa me salió bordá.
Al acabar, el capitán se vuelve a dirigir a mi pidiéndome disculpas. Yo, que he recobrado el idioma pero no el significado de las palabaras, suelto un par de frases que todavía estoy intentando descigrar "qué cojones dije".
Esto es lo que pasa por querer pasar desapercibido, suerte que, con la excusa del grupo folclórico que salió a rodearme cuando ya me había desrodeado la tripulación, me largué a por la Minolta recobrando mi pequeña figura para dar a parar a una esquina, junto al ventanal.

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Anda Willy Fog, deja más pistas, que Dios Google me cuente y Super Dios "que todo lo ve" Google Eart me enseñe por donde andas.
La viajera que se muere de envidia, o sea, la que viaja en la otra cama de tu camarote.

3:53 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

POr favor!, ¡qué descojono!.
Estoy llorando a mares muerta de risa intentando disimular mis torpes lágrimas que intentan esconderse "también para pasar desapercibidas" y cuando creo tenerlo todo controlado, escondida detrás de no se qué invención mía, me giro para otear el territorio entre carcajadas contenidas y ¡toma!, estoy totalmente al desnudo!, bajo el absoluto control de una paciente que espera a Javier en la sala de al lado mientras espero mis últimos momentos antes de hacer el relevo.
el momento no da para más, sólo me falta saoltar las pedorretas de estas mejillas hinchadas deseando desparramar a corazón henchido el aire que apneico oprime mi pecho por mantener la compostura ante tal acontecimiento.ja, ja, ja, ja,.
¡Aquí está de nuevo, el auténtico y sencillo chivano.
Tendré que volver a leerlo para desparramarme a gusto y revolcarme sobre la mesa a carcajadas aunque ya no me pillará desprevanida y la reacción nunca puede ser la misma. de momento, ¡que me quiten lo bailao!. Es la andanza que por su inesperada trama y desenlace, más me ha ¡GUSTAO!
BESITOS CABALLERO ANDANTE.
AMADIS

6:16 p. m.  
Blogger ferfo said...

Viajera, exactamente estoy en USHUAIA, la ciudad más austral del cono sur, en la Tierra del Fuego, sobre el canal de Beagle. Latitud: 54° 49' S
Longitud: 68° 19' W
Saluditos y ...gracias por seguirme!.

Amadita, tita: me he reído mucho con tu risa. Gracias por dejarte traer a estas tierras tan lejanas!.
Besotes

12:59 a. m.  
Blogger Ettore Hag said...

Claro, es que tu vas como Paco Martínez Soria a Marbella, y así te pasa lo que te pasa... Tienes que poner sonrisa circunspecta y cara de póker, como los ingleses cuando no pillan una...
Besos

2:01 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me horrorizan los cruceros. Exactamente las mismas sensaciones habría tenido yo en esa situación.

11:13 a. m.  

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