domingo, marzo 05, 2006

El pueblo está precioso. Los almendros han florecido, de la tierra nacen flores blancas saludando al sol naciente, ver amanecer es una experiencia de colores que me hacen parar antes de insertar la llave en el coche. El día comienza con una melodía por componer. Los acordes son suaves mientras vamos despertando entre los últimos humos de la noche. Pájaros alaban a la bendición de la vida, y ésta, como si tal cosa, lo vive cotidiano. Me falta el mar, azul de embestidas contra la nada que me diera los “buenos días”. De camino, miro los flancos arbolados, la carretera sinuosa a la gran mansión del curro, a conocer a las personas que dejé ayer. En mi jardín han florecido los narcisos, y los lirios; los disfrutaré el fin de semana con la tranquilidad que me da el saberme liberado de obligaciones precisas. Ya pronto nacerán pajarillos que aprenderán a volar entre los bambúes negros y verdes. Un año más la vida recrea a la vida, y yo, testigo quieto, disfruto de la paz y armonía que crece a mi alrededor. Estáis invitados.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Veo que el chico que cuida el jardín lo sigue teniendo florido y hermoso, debe oler a primavera. ¿Va en serio la invitación?. Acepto jejejeje.

5:36 p. m.  

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